Cien Años, El Abuelo Cuenta
Por: Horacio Quiroz Toro (mi tio).
Por: Horacio Quiroz Toro (mi tio).
“Fueron mis padres Arsecio Quiroz y Mercedes Bustamante, vivíamos en una pequeña finca “La Lomita” de la vereda Cabras. Ya había nacido en 1908 Jesús y en 1910 Rosa Margarita, cuando el 30 de enero de 1911 hace 100 años nací yo. Éramos los tres hijos mayores de los 12 que fuimos en total.
En 1917 mi papá pudo comprar una finca en Nobogà “El Billar” y nos trasladamos a vivir a ese lugar. Como esta finca era más grande teníamos más tierra para el arado y mejores posibilidades para los gastos de la familia.
En la escuela de Nobogà estudie hasta segundo de montaña hasta que mi papa me saco porque tenía que trabajar atendiendo la mulada y además porque ya sabía firmarme y leer.
Como la arriería era mejor paga y lo que ganábamos en la finca era insuficiente, nos pusimos a lidiar con mulas, tenia Jesús quince años y yo trece cuando íbamos a Medellín llevando maíz frisol, panela, entre otros productos de cosecha y regresábamos trayendo mercancías y bastimentos para las tiendas; los ricos costeaban muy bien estos mandados y lo que ganábamos era para ayudar en la casa.
En Jesús y en mi caía esta obligación por ser los hombres mayores, en la mulada yo era la mano derecha de mi hermano hasta que en 1928, tenía yo 17 años, murieron el mismo día Jesús y Rosa Margarita a causa de una “fiebrera”, por fortuna mi papa no murió que también estaba enfermo de lo mismo, entonces, a partir de este designio de Dios, tuve que bandearme solo; seguí trabajando en la arriería pero este trabajo se puso malo cuando en 1935 llego la carretera a Cañasgordas.
Como ya tenía un principalito por el trabajo de la arriería, me fui para Rioverde a trabajar unos “araitos” en unos pedacitos de tierra que me prestaron y allí pagando unos jornalitos y obtuve unas cosechitas, luego me fui para El Pital de Dabeiba porque me dieron unos jornalitos manejando ganado. En Corozal puse una tiendita, que luego traslade para Rioverde y junto con Ernesto mi hermano alquilamos un local para continuar allí con la tienda más tarde Ernesto se quedo con el negocio.
En esas idas y venidas por el “Camino Rial” que va de Frontino a Nobogà, se pasaba por la finca “La Montañita “que quedaba en la vereda Cabritas y que era de propiedad del Indio Toro (Jesús Antonio Toro), su casa quedaba al lado del camino y allí fui conociendo a su hija Ana Rosa con quien me case años mas tarde. Como el Indio era un hombre pudiente decidió ayudarnos y compró una finca en la vereda La Meseta y me invito para que la trabajáramos juntos; allí me fui a vivir con Ana, mas tarde el indio me dio facilidades para comprarle la finca que fui librando con el producto de las cosechas y el ganadito.
Allí nacieron nuestra cuatro primeras hijas, ya Olga y Marina estaban de escuela y fue necesario venirnos a vivir al pueblo; además eran tiempos de la violencia y vivir en la montaña era peligroso, tanto que estando viviendo en el pueblo “La Chusma” nos quemo la casa de la finca disque porque éramos liberales. Ya en el pueblo compraba maíz y frisol que luego revendía a cuartillos en la plaza, al tiempo visitaba semana tras semana la finca. De vivir en una casa alquilada logré comprar una casa en la “Calle del Sobaco”; más tarde hice compañía con Maximiliano Arboleda y abrimos una tienda de abarrotes en el marco de la plaza, allí comprábamos kiliado café verde que secábamos al sol en la plaza y vendíamos luego a la Federación de Cafeteros, mas tarde pude comprar el local de la tienda y el segundo piso. Más tarde……..”
Son cien años de historia que continuar à contando el abuelo en el recuerdo de los que lo vimos crecer, progresar económicamente y sacar nuestra familia adelante, de Frontino pasamos todos a Medellín ahora son sus nietos la proyección académica y profesional de este cuento que tuvo sus comienzos en Nobogà con el abuelo y en Cabritas con la abuela y en La Meseta con sus primeros hijos y que ya se extiende a San Francisco, España e Italia.
Son Cien años del natalicio de Marceliano Quiroz Bustamante…… Felicitaciones Abuelo!
